Atardeceres de verano

Con el verano, pienso que viene también el tiempo de calidad. Tanto el que te dedicas a ti como a los demás. Por ejemplo, ese paseo con tu perro es esencial para él, obviamente, pero para ti también, ya que te une más y el vinculo se fortalece sin querer. Lo mismo pasa con nosotros mismos. El aprender a amarnos es algo tan relevante, donde cada sueño y cada promesa que nos hemos hecho toma su peso y cobra sentido cada día. Desde principios de este año, cultivar cada parte de mí ha sido tan vital y tan reconfortante que es indescriptible la satisfacción de reconocerme al desnudo con lo bueno y lo malo. Sentirme vulnerable y a la vez tan fuerte por decir en voz alta lo que mi mente habla tararea constantemente. Por otro lado, sin ser menos importante, os pongo en contexto, vuelvo de un viaje donde quiero recalcar; el ver lugares y cosas por primera vez. Es una maravilla. Como cuando uno está hambriento y da un bocado a la comida, supongo que lo relaciono así porque...